El bolsillo de las familias españolas es el que más sufre de toda Europa a la hora de afrontar el coste de la electricidad y el gas, un gasto obligatorio que deben afrontar cada mes. Además, este lastre con el que tienen que cargar es cada vez más acusado, según desvelan los últimos datos publicados por Eurostat.
España finalizó 2018 con el precio del kilovatio-hora para los hogares en 0,1947 euros de media sin contar impuestos (contabilizando el coste que se llevan las distintas empresas eléctricas que participan en el sistema). Esta es una cantidad nunca vista anteriormente. En el segundo semestre del año pasado, superó la barrera de los 0,19 euros por primera vez. El efecto es más acusado para aquellos usuarios que menos consumen, dado que en España se paga un alto porcentaje de gastos fijos que no dependen de la cantidad de electricidad gastada.
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